para
cocinar bien
el
pastel de la vida
póngase
una
base de masa
de
harina de amor
cúbrase
con
chocolate
de
buenos deseos
añádase
una
cucharada de azúcar
de
caricias y besos
y
una guinda
de
alegría
métase
en
el horno
del
corazón
al
máximo de potencia
de
las miradas
durante
noventa años
o
algo más
según
gustos
sírvase
a diario
y
cómase
con
toda el alma