sé
que te miro con ojos de cordero
pero
no puedo evitar, hasta me gusta sentir
la
piel de gallina cuando te aproximas
en
la nuca hormigas
y
en el estómago mariposas
cuando
de tus cosas me hablas
que
me coman los gusanos
si
alguna vez ya no puedo
acariciar
los caracoles de tu pelo
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